jueves, 1 de junio de 2017

Sábanas

Luz era muy dormilona. Le encantaba siempre estar tirada en su cama y, a veces, pasaba las horas allí postrada sin más objetivo que pensar en sus cosas o disfrutar de ese momento de relajación. Cuando no trabajaba o tenía un quehacer ineludible, ese era su mejor pasatiempo.
Si había algo que le gustase más era dejar que parte de su cama se enfriase para así tener ese placer de sentir sus sábanas de lino bien frías en sus muslos y pies. Siempre fue feliz con esos pequeños placeres que la vida a veces nos ofrece y que no sabemos ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario